viernes, 21 de septiembre de 2007

la mirada de Klee


Ritmos rojo-verde y violeta-amarillo. 1929












"la naturaleza puede ser malgastadora en todas partes,
pero el artista debe ser extremedamente frugal"


Es difícil, muy difícil, elegir un cuadro de Klee. Éste me parece interesante por muchas razones; una de ellas es su universalidad. Utiliza un lenguaje primitivo, pero moderno a la vez; muy cercano, pero que anuncia cambios. Este juego entre primitivismo y modernidad fue una constante en su obra. El formato es de unos 30 cm, es por tanto una miniatura, pero ¿para qué más?. Es una obra de madurez dentro de la trayectoria de Klee, quizás el artista más influyente dentro de la plástica, tan sólo igualado por Picasso.

Dicen:
Nació en 1879 cerca de Berna. Desde niño estuvo cerca de las artes, su padre era músico e influyó mucho en el desarrollo de Klee, quien en su adolescencia pensó dedicarse a la música. También intentó buscar su alma en la escultura, pero donde realmente la encontró fue en la pintura. Junto con Kandinsky configuró el pensamiento de la Bauhaus e influyó mucho en grupos como Der Blaue Reiter. Sus viajes a Egipto y Túnez marcaron definitivamente la trayectoria de su carrera y comenzó a desarrollar una de las obras plásticas más interesantes de la Historia de Arte.


Digo:
La influencia de la música fue determinante para el peculiar acercamiento de Klee a la naturaleza. La estructura de sus cuadros son armonías perfectamente construídas, como si fueran piezas de Bach. Este cuadro parece que tiene música, tan sólo hay que dejarse llevar, el parpadeo de los colores y la fusión entre ellos es pura poesía.

Klee no recrea la naturaleza, la reinventa, nos hace ver una realidad subjetiva, es decir la única posible. Klee, al igual que Cézanne o Picasso, quería captar la naturaleza en su esencia, sentirla de forma primordial. Este cuadro me parece la sensación resultante de contemplar la naturaleza, de contemplarla como poesía y como estructura musical. A diferencia del cubismo de Picasso, por ejemplo, aquí no tenemos un cuadro frío y racional (estoy pensando en Paisaje de Horta de Ebro ). Precisamente esta racionalidad fue determinante para que Picasso abandonara el cubismo radical de los primeros años y buscara otros caminos.
Klee es lírica. En este cuadro podemos ver reminiscencias del cubismo, pero entendido como un punto de partida y no como una finalidad. Precisamente esta tónica es la que marca el sentido filosófico del siglo XX e incluso del XXI dentro del arte, es decir: el arte como camino, recorrido o devenir, y no como finalidad. Klee es el paradigma del artista que se va construyendo con los años, al igual que su obra. No fue un virtuoso, a la manera de Picasso o Dalí, por suerte, pero llegó a ser un gran sabio. Muy pocos, tal vez sólo Picasso, aunan virtuosismo con una gran madurez artística. Klee es un artista complejo: irónico, oscuro, gótico, divertido, culto. Abarcó mucho y poco a poco.
Como él mismo dijo, "no debería haber prisas cuando uno quiere tanto".

viernes, 7 de septiembre de 2007

la mirada de Schiele



árbol otoñal con fucsias, 1909










"el arte no puede ser moderno, el arte es eterno"

Casi todo el mundo asocia a Schiele como un pintor de figura humana, y es cierto que la mayoría de su obra se centra en ello, pero a mí me parece muy interesante su faceta de paisajista. Desde muy niño cultivó esta forma de expresión, fruto de su pasión por los viajes.


Dicen: Egon Schiele nace en 1890 en el seno de una familia burguesa. Desde sus comienzos tuvo el apoyo de familiares y allegados en la promoción de su carrera artística. Ingresa en la academia de Bellas Artes y en 1909 la abandona.
En ese año conoce a su admirado Klimt, quien ejerce una gran influencia en sus comienzos. Forma el grupo Neukunstgruppe y expone en varias ocasiones. Trabajó varios años bajo la influencia del Modernismo y de la pintura Decorativa, al uso en la época. Es rechazado para entrar en el Grupo Der Blaue Reiter, fundado por Kandinski, aunque le organizan una exposición.
La penuria económica marca su vida. En 1918, cuando comienza a recibir numerosos encargos de retratos de la aristocracia vienesa, contrae la gripe y muere sin ver nunca el éxito.

Digo: La obra de Schiele es única; es un pintor inclasificable, desde mi punto de vista. Aunque bebió de las fuentes del Postimpresionismo y del Modernismo, poco a poco su obra se enfoca hacia un expresionismo directo y cortante con una temática dura y vitalista, mostrando las asperezas de la condición humana y de las pasiones sexuales con una crudeza como nadie antes lo hizo.
El cuadro elegido puede considerarse de transición entre la pintura Decó, con influencia de la cerámica japonesa, y el trazo expresivo y característico de Schiele, que marca toda su obra.
El espacio frío y vacío es cortado por unos trazos quebrados que desgajan el fondo como en un grito "munchiano".No es un árbol impresionista, preciosista ni realista, se trata de una sensación abstracta plasmada bajo la forma de un árbol, que ha servido de vehículo para mostrar un drama existencial.
Es para mí un cuadro abstracto, más cerca de la pintura de Mondrian que de las tendencias pictóricas de su época.
Es frío, pero sosegante; todo reposa sobre una pequeña brisa que mantiene enhiestas las finas ramas de la fucsia.
Podría estar influido por El árbol dorado de Klimt, pero el concepto es totalmente diferente; mientras Klimt decora una pared (con gran maestría, por supuesto, y sin menospreciar el enorme talento de este pintor), Schiele nos muestra su alma en forma de árbol.